La Gran Tumba Imperial de China
La Gran Tumba Imperial de China
Arthur Cotterell
Editorial Planeta S.A
Colección Al Filo del Tiempo
Año 1982
ISBN: 8432047317
199 pp
15 € aprox.
El descubrimiento arqueológico del siglo. Introducción de Yang Zhenjing, conservador del Museo de Figuras de Guerreros y Caballos de la Tumba de Qin Huangdi. Parte I: Los descubrimientos arqueológicos. Parte II: El contexto histórico. Parte III: El Imperio Qin.
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Contiene reproducciones fotográficas en color y negro. Introducción de Yang Zhenjing, conservador del Museo de Figuras de Guerreros y Caballos de la tumba de Qin Shi Huangdi. Este libro de Arthur Cotterell —publicado ya en cinco lenguas— es el primero que ofrece una información autorizada y completa sobre el más sensacional descubrimiento arqueológico de nuestro siglo. Sobre la más espectacular de todas las tumbas, incluida la de Tut Anj Amón, descubiertas a lo largo de la historia de la arqueología moderna: la tumba —o dicho más exactamente el complejo funerario— del primer emperador de China, Qin Shi Huangdi, muerto el año 210 a. J.C. El monumento es absolutamente único en el mundo por varias características, pero sobre todo por el increíble ejército del emperador. En once corredores paralelos, de doscientos metros de longitud cada uno, se alinean, en perfecta formación, 7 000 soldados de tamaño natural, en terracota, que dan guardia a la tumba. Las excavaciones han puesto al descubierto filas de soldados de infantería, ballesteros, carros de guerra y soldados de caballería en formación de batalla. Todas las figuras son distintas, ejecutadas con un realismo insuperable que destaca el carácter de los personajes y se recrea en los más pequeños detalles de indumentaria y armamento. Es, sin duda, el conjunto escultórico más grande que se conoce; se calcula que para esta obra ingente debieron necesitarse 700.000 operarios. Este singular descubrimiento se inició en 1974, y trascendió a Occidente tan sólo en artículos de revistas. En el verano de 1980 Arthur Cotterell, autor de varios libros importantes sobre China, fue invitado oficial de las autoridades de la República Popular, que le permitieron visitar las excavaciones del monte Li y le dieron insólitas facilidades para estudiar el tema sobre el terreno y obtener material gráfico del mismo. Los contactos de Cotterell con historiadores y arqueólogos chinos le permitieron, además, profundizar en la enigmática figura del primer emperador, constructor de la Gran Muralla, iniciador de una dinastía que tuvo corta vida, pero forjador de un sistema político que permaneció vigente —con breves interrupciones— desde el año 221 a. J.C. hasta el año 1912 de nuestra era. Cotterell nos ofrece en su libro no sólo la más solvente información sobre el excepcional hallazgo arqueológico, sino también una notable y documentada evocación del contexto histórico en el que se produjo un monumento de tal magnitud. El ambiente de la antigua China, la figura del primer emperador y los hechos bélicos y políticos durante el período que se extiende entre los años 300 y 200 a. J.C. constituyen un relato apasionante de un país y una época generalmente desconocidos por el lector europeo.
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