Otra Cosa
Otra Cosa
Kathryn Cave y Chris Riddel
E.Elfos
Año 2003
Premio Unesco
ISBN: 84-8423-152-6
28 pp.
22 x 29 cm
Este libro trata de: Tolerancia - Amistad - Relaciones personales - Integración social - Soledad
A partir de 4 años.
9,95 € aprox.
Otra Cosa es rechazado por todos los habitantes de la montaña porque es muy diferente a ellos. Trata de parecerse a los demás imitando sus juegos, costumbres y forma de hablar, pero es inútil: siguen sin aceptarle. Un día un extraño personaje aparece en casa de Otra Cosa y le pide que le deje vivir allí, pero él le obliga a marcharse porque su aspecto es muy diferente. Pronto comprenderá su error y correrá en su busca para invitarle no sólo a habitar en su casa sino también a ser su amigo.
Así empieza
En una alta montaña, solo, sin amigos, vivía Otra Cosa. Sabía que era OTRA COSA porque todo el mundo lo decía. Cuando intentaba acercarse a los demás o pasear junto a ellos, o jugar con ellos, siempre le decían: «Lo sentimos, pero tú eres otra cosa. Eres diferente. No eres como nosotros». Otra Cosa se esforzaba mucho para ser igual que los demás. Sonreía y decía «Hola» igual que ellos. Pintaba cuadros.
Kathryn Cave y Chris Riddel
E.Elfos
Año 2003
Premio Unesco
ISBN: 84-8423-152-6
28 pp.
22 x 29 cm
Este libro trata de: Tolerancia - Amistad - Relaciones personales - Integración social - Soledad
A partir de 4 años.
9,95 € aprox.
Otra Cosa es rechazado por todos los habitantes de la montaña porque es muy diferente a ellos. Trata de parecerse a los demás imitando sus juegos, costumbres y forma de hablar, pero es inútil: siguen sin aceptarle. Un día un extraño personaje aparece en casa de Otra Cosa y le pide que le deje vivir allí, pero él le obliga a marcharse porque su aspecto es muy diferente. Pronto comprenderá su error y correrá en su busca para invitarle no sólo a habitar en su casa sino también a ser su amigo.
Así empieza
En una alta montaña, solo, sin amigos, vivía Otra Cosa. Sabía que era OTRA COSA porque todo el mundo lo decía. Cuando intentaba acercarse a los demás o pasear junto a ellos, o jugar con ellos, siempre le decían: «Lo sentimos, pero tú eres otra cosa. Eres diferente. No eres como nosotros». Otra Cosa se esforzaba mucho para ser igual que los demás. Sonreía y decía «Hola» igual que ellos. Pintaba cuadros.
0 comentarios:
Publicar un comentario