La princesa y el topo. Cuento del caucaso
La princesa y el topo. Cuento del caucaso
Version de Ramon Girona, Il. Javier Olivare
Editorial: Libros del Zorro Rojo
ISBN: 9788492412464
Encuadernación: Cartoné
Año: 2010
32 pp.
10 € aprox.
La princesa de este cuento tiene un espejo en el que puede verlo todo… o casi todo. La princesa, que tiene muchas ganas de divertirse, proclamó: «Sólo me casaré con quien sea capaz de pasarse un día entero escondido». Por el momento nadie lo ha conseguido. Sin embargo, un príncipe muy enamorado querrá intentarlo y un pequeño animalillo saldrá en su ayuda.
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Extraido de Darabuc
La princesa y el topo nos recuerda aquella lección según la cual más le vale al león salvar la vida del ratón, pues nunca sabe cuándo necesitará que este, contra las apariencias, lo salve a él. La princesa del castillo de cristal posee un espejo mágico que le permite verlo casi todo, mientras que el príncipe del castillo de piedra domina el idioma de los grandes animales: las águilas, reinas del cielo; los ciervos, amos del bosque, y los esturiones, señores de los ríos y el Mar Negro. Son de esas personas criadas de forma que «caminaban siempre erguidos, con la barbilla alta y la nariz apuntando a las nubes» («erguidos» se anota como «rígidos, tiesos»). Entre príncipe y princesa cabrá el amor siempre que el candidato supere la prueba de esconderse donde la princesa no lo encuentre, lo que sin duda no es fácil, con el espejo mágico.
En otro nivel social, los campesinos «andaban cabizbajos, agobiados por sus problemas». Alguien está haciendo desaparecer los frutos de sus huertas. Acusan de los robos al topo y lo llevan al príncipe para que lo juzgue.
No desvelo más, aunque, como se dice en el propio cuento, «os podéis imaginar el resto de la historia» (lo que no le quita valor, es una anticipación que se disfruta). Sin embargo, queda un misterio abierto: ¿quién robaba las zanahorias y lechugas? Ante esa pregunta, se nos anima a volver a empezar con la lectura desde el principio: ¿no se nos habrá pasado algún detalle por alto? ¿Quizá en las ilustraciones?
Version de Ramon Girona, Il. Javier Olivare
Editorial: Libros del Zorro Rojo
ISBN: 9788492412464
Encuadernación: Cartoné
Año: 2010
32 pp.
10 € aprox.
La princesa de este cuento tiene un espejo en el que puede verlo todo… o casi todo. La princesa, que tiene muchas ganas de divertirse, proclamó: «Sólo me casaré con quien sea capaz de pasarse un día entero escondido». Por el momento nadie lo ha conseguido. Sin embargo, un príncipe muy enamorado querrá intentarlo y un pequeño animalillo saldrá en su ayuda.
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Extraido de Darabuc
La princesa y el topo nos recuerda aquella lección según la cual más le vale al león salvar la vida del ratón, pues nunca sabe cuándo necesitará que este, contra las apariencias, lo salve a él. La princesa del castillo de cristal posee un espejo mágico que le permite verlo casi todo, mientras que el príncipe del castillo de piedra domina el idioma de los grandes animales: las águilas, reinas del cielo; los ciervos, amos del bosque, y los esturiones, señores de los ríos y el Mar Negro. Son de esas personas criadas de forma que «caminaban siempre erguidos, con la barbilla alta y la nariz apuntando a las nubes» («erguidos» se anota como «rígidos, tiesos»). Entre príncipe y princesa cabrá el amor siempre que el candidato supere la prueba de esconderse donde la princesa no lo encuentre, lo que sin duda no es fácil, con el espejo mágico.
En otro nivel social, los campesinos «andaban cabizbajos, agobiados por sus problemas». Alguien está haciendo desaparecer los frutos de sus huertas. Acusan de los robos al topo y lo llevan al príncipe para que lo juzgue.
No desvelo más, aunque, como se dice en el propio cuento, «os podéis imaginar el resto de la historia» (lo que no le quita valor, es una anticipación que se disfruta). Sin embargo, queda un misterio abierto: ¿quién robaba las zanahorias y lechugas? Ante esa pregunta, se nos anima a volver a empezar con la lectura desde el principio: ¿no se nos habrá pasado algún detalle por alto? ¿Quizá en las ilustraciones?
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