El niño y la niña adoptados, en el aula
El niño y la niña adoptados, en el aula
Ana Francia Iturregi
Se puede leer aquí.
Ana Francia Iturregi
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Extraido de Buenos tratos:
“El niño y niña adoptados en el aula” es un completo trabajo teórico y sobre todo práctico para orientar al profesorado acerca de cómo lograr la inclusión de los niños adoptados en el aula que presentan dificultades de aprendizaje o emocionales.
Comienza la autora su obra ofreciéndonos datos sobre las investigaciones que nos aportan conceptos básicos sobre la adopción. Ana se basa en los datos recogidos por los investigadores más punteros de nuestro país como Jesús Palacios y Ana Berastegi, exponiendo cómo es el desarrollo de los niños adoptados. A continuación, en el segundo capítulo, Ana se dedica a explicar las teorías psicopedagógicas más relevantes conducentes a conocer los factores que inciden en el desarrollo evolutivo de los niños.
Es una buena compilación de los diferentes aportes que la psicología evolutiva ha realizado para explicar el desarrollo del ser humano a nivel del lenguaje, cognitivo, afectivo-social y, por supuesto, no podía faltar la teoría del apego. Este último marco teórico es el que mejor recoge las dificultades que los niños adoptados pueden tener, teniendo en cuenta que el apego es la base de la auto-regulación posterior del adulto y cumple un papel clave en la organización cerebral.
En el capítulo tercero, Ana Francia no se olvida de los niños adoptados con una buena adaptación global y a ello dedica este tercer apartado, señalando cuáles son los factores de protección, las tareas de la familia adoptiva, el respeto a la diversidad y la escolarización. Ilustra este capítulo con el caso de Mikel, un niño adoptado con una buena adaptación familiar, escolar y social. Porque la obra de Ana incluye historias de vida que le dan a la misma un contrapunto vivencial. El caso de Mikel es real.
El capítulo cuarto trata sobre el diagnóstico de los niños con dificultades de adaptación familiar, escolar y social, uno de los temas principales de este libro. Ofrece Ana descripciones clínicas y las pautas necesarias para realizar el diagnóstico de los niños, así como las repercusiones que el apego desorganizado tiene en los sentimientos, conducta y aprendizaje infantil. Termina este epígrafe con una propuesta de clasificación e intervención con la población de niños adoptados en base a los criterios de nivel de adaptación global (buena/leves dificultades/dificultades significativas), los diagnósticos y los apoyos escolares y sanitarios que precisan. Esta clasificación me ha parecido una propuesta excelente, muy bien diseñada, operativa y de inestimable utilidad para el profesor o el orientador escolar. Una clasificación original y hecha en base a la experiencia acumulada por Ana a lo largo de los años.
Y, finalmente, los capítulos cinco, seis y siete proponen orientaciones para la evaluación y el tratamiento de los niños adoptados con dificultades del lenguaje, de aprendizaje y emocionales y de conducta. El gran reto es que la escuela sea inclusiva para estos niños. Que no sólo figuren como (permitidme la expresión) incluidos-matriculados sino que la comunidad escolar se implique en su totalidad para que la inclusión sea de facto. No quiero ni puedo ni debo generalizar porque hay centros, directores, orientadores y tutores maravillosos que hacen un trabajo para que el niño adoptado sea atendido en sus necesidades educativas. Pero otros centros y profesionales (bien por falta de formación o bien de compromiso), no hacen tratamiento alguno para estos niños.
“El niño y niña adoptados en el aula” es un completo trabajo teórico y sobre todo práctico para orientar al profesorado acerca de cómo lograr la inclusión de los niños adoptados en el aula que presentan dificultades de aprendizaje o emocionales.
Comienza la autora su obra ofreciéndonos datos sobre las investigaciones que nos aportan conceptos básicos sobre la adopción. Ana se basa en los datos recogidos por los investigadores más punteros de nuestro país como Jesús Palacios y Ana Berastegi, exponiendo cómo es el desarrollo de los niños adoptados. A continuación, en el segundo capítulo, Ana se dedica a explicar las teorías psicopedagógicas más relevantes conducentes a conocer los factores que inciden en el desarrollo evolutivo de los niños.
Es una buena compilación de los diferentes aportes que la psicología evolutiva ha realizado para explicar el desarrollo del ser humano a nivel del lenguaje, cognitivo, afectivo-social y, por supuesto, no podía faltar la teoría del apego. Este último marco teórico es el que mejor recoge las dificultades que los niños adoptados pueden tener, teniendo en cuenta que el apego es la base de la auto-regulación posterior del adulto y cumple un papel clave en la organización cerebral.
En el capítulo tercero, Ana Francia no se olvida de los niños adoptados con una buena adaptación global y a ello dedica este tercer apartado, señalando cuáles son los factores de protección, las tareas de la familia adoptiva, el respeto a la diversidad y la escolarización. Ilustra este capítulo con el caso de Mikel, un niño adoptado con una buena adaptación familiar, escolar y social. Porque la obra de Ana incluye historias de vida que le dan a la misma un contrapunto vivencial. El caso de Mikel es real.
El capítulo cuarto trata sobre el diagnóstico de los niños con dificultades de adaptación familiar, escolar y social, uno de los temas principales de este libro. Ofrece Ana descripciones clínicas y las pautas necesarias para realizar el diagnóstico de los niños, así como las repercusiones que el apego desorganizado tiene en los sentimientos, conducta y aprendizaje infantil. Termina este epígrafe con una propuesta de clasificación e intervención con la población de niños adoptados en base a los criterios de nivel de adaptación global (buena/leves dificultades/dificultades significativas), los diagnósticos y los apoyos escolares y sanitarios que precisan. Esta clasificación me ha parecido una propuesta excelente, muy bien diseñada, operativa y de inestimable utilidad para el profesor o el orientador escolar. Una clasificación original y hecha en base a la experiencia acumulada por Ana a lo largo de los años.
Y, finalmente, los capítulos cinco, seis y siete proponen orientaciones para la evaluación y el tratamiento de los niños adoptados con dificultades del lenguaje, de aprendizaje y emocionales y de conducta. El gran reto es que la escuela sea inclusiva para estos niños. Que no sólo figuren como (permitidme la expresión) incluidos-matriculados sino que la comunidad escolar se implique en su totalidad para que la inclusión sea de facto. No quiero ni puedo ni debo generalizar porque hay centros, directores, orientadores y tutores maravillosos que hacen un trabajo para que el niño adoptado sea atendido en sus necesidades educativas. Pero otros centros y profesionales (bien por falta de formación o bien de compromiso), no hacen tratamiento alguno para estos niños.
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