Como se salvó Wang-Fo
Como se salvó Wang-Fo
Marguerite Yourcenar
Gadir Editorial S.L.
2006
9788493523732
17 € aprox.
55 pág.
leer fragmentos aquí.
Cómo se salvó Wang-Fó es un antiguo relato de Marguerite Yourcenar que había publicado hace años Alfaguara, y que ha vuelto en una cuidada edición de Gádir que, además, cuenta con unas luminosas ilustraciones de Georges Lemoine.Su protagonista es el anciano pintor Wang-Fó, un hombre con la capacidad de comunicar vida a lo que pinta. Cuando, un día, él y su discípulo Ling son conducidos al palacio imperial a presencia del Hijo del Cielo, este le reprocha que, al crecer aislado y en un palacio adornado por sus bellas pinturas, luego aborreció la realidad gris que fue conociendo. Además le dice que también envidia su capacidad de hacerse amar por la gente. Por esas razones lo condena pero no sin que, antes, termine una pintura inacabada.Historia que Yourcenar extrajo de uno de los Cuentos orientales que había compuesto a partir de viejos cuentos chinos. Es un relato poético cuya resolución es un tanto escapista y se ve venir, pero que interesa igualmente por estar muy bien contada y porque sirve para reflexionar sobre la belleza del arte y su doble capacidad de ocultarnos o de ayudarnos a ver la realidad.
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“EL ANCIANO pintor Wang-Fô vagaba de un lado para otro por los confines del inmenso reino de Han, antigua denominación de China, y lo hacía acompañado por su joven discípulo Ling, que cuidaba como podía del maestro, para quien, embebido por la belleza del mundo, no existían ataduras materiales. Y es que, a pesar de su universal fama como pintor, Wang-Fô no comerciaba con los dones de su prodigioso talento, porque no aceptaba la menor distracción en su tarea, dedicada por completo a absorber las inagotables maravillas que, estuviera
donde estuviera, le salían indefectiblemente al paso, pues no en balde él sabía apreciarlas gracias a su inmaculada luz interior. Claro que Wang-Fô pertenecía a una era en que un artista se consideraba como tal no sólo por poseer una mirada sensible y una extraordinaria habilidad manual.
Marguerite Yourcenar
Gadir Editorial S.L.
2006
9788493523732
17 € aprox.
55 pág.
leer fragmentos aquí.
Cómo se salvó Wang-Fó es un antiguo relato de Marguerite Yourcenar que había publicado hace años Alfaguara, y que ha vuelto en una cuidada edición de Gádir que, además, cuenta con unas luminosas ilustraciones de Georges Lemoine.Su protagonista es el anciano pintor Wang-Fó, un hombre con la capacidad de comunicar vida a lo que pinta. Cuando, un día, él y su discípulo Ling son conducidos al palacio imperial a presencia del Hijo del Cielo, este le reprocha que, al crecer aislado y en un palacio adornado por sus bellas pinturas, luego aborreció la realidad gris que fue conociendo. Además le dice que también envidia su capacidad de hacerse amar por la gente. Por esas razones lo condena pero no sin que, antes, termine una pintura inacabada.Historia que Yourcenar extrajo de uno de los Cuentos orientales que había compuesto a partir de viejos cuentos chinos. Es un relato poético cuya resolución es un tanto escapista y se ve venir, pero que interesa igualmente por estar muy bien contada y porque sirve para reflexionar sobre la belleza del arte y su doble capacidad de ocultarnos o de ayudarnos a ver la realidad.
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“EL ANCIANO pintor Wang-Fô vagaba de un lado para otro por los confines del inmenso reino de Han, antigua denominación de China, y lo hacía acompañado por su joven discípulo Ling, que cuidaba como podía del maestro, para quien, embebido por la belleza del mundo, no existían ataduras materiales. Y es que, a pesar de su universal fama como pintor, Wang-Fô no comerciaba con los dones de su prodigioso talento, porque no aceptaba la menor distracción en su tarea, dedicada por completo a absorber las inagotables maravillas que, estuviera
donde estuviera, le salían indefectiblemente al paso, pues no en balde él sabía apreciarlas gracias a su inmaculada luz interior. Claro que Wang-Fô pertenecía a una era en que un artista se consideraba como tal no sólo por poseer una mirada sensible y una extraordinaria habilidad manual.
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